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Santiago Peña Aranza |
La semana pasada sucedió algo que nunca pensé que pasaría: las fuerzas armadas de Colombia dieron de baja al “Mono Jojoy”, uno de los peces gordos de la guerrilla de las FARC. Y no pensé que pasara porque dude de la capacidad de las fuerzas armadas, sino porque creí que los golpes de Raúl Reyes y los rescates militares, sólo fueron posibles por la vinculación de elementos ilegales en las operaciones (el bombardeo en otro país y el uso de símbolos de la Cruz Roja Internacional, ambas cosas violando el derecho internacional) que sin duda, en términos militares, dieron ventaja a las acciones de nuestra fuerza pública.