
¿Dónde están nuestras 122.155 víctimas de desaparición forzada? Gritan, con una mezcla de rabia y dignidad, cientos de personas que son madres, padres, hijos, hermanos, esposos y amigos; cientos de personas que pregonan y parecen implorar a la virgen de Lourdes ponerle fin al dolor que zanjó en ellos la desaparición forzada de sus seres queridos.