sábado, 24 de agosto de 2013

¿Autocensura?

Por: Santiago Peña Aranza

Hace algunos días una persona cercana, con quien tengo una relación de amistad y aprecio mucho, se acercó a mí y me aconsejó con muy buena intención que dejara de “hablar mal” del medio de comunicación donde trabajo. Me dijo que eso “no hablaba bien de mí”, que “no se veía bien” y que en el futuro me “podía afectar” cuando fuera a buscar trabajo en otra parte.


Inicialmente le dije que comprendía su preocupación por mí. Le agradecí. Pero le argumente que yo no “hablaba mal”, que simplemente ejercía mi derecho a la crítica (Artículos 16, 18 y 20 de la Constitución) como cualquier ciudadano. Me dijo que yo no era “cualquier ciudadano”, porque yo trabajaba ahí y que eso “hablaba mal de mí”… pues no creo ser menos ciudadano por trabajar ahí, ni mi derecho a expresarme es menos valioso por lo mismo.

Entonces “si tanto te disgusta, ¿por qué sigues trabajando ahí?”, me preguntó. Bueno, creo que esa no es la pregunta que se debe hacer en este caso. Aun así la responderé: sigo trabajando ahí porque pese a todas las cosas con las que no estoy de acuerdo (y tengo derecho a no estarlo), aprendo mucho acerca de cómo funciona un medio importante. Además siempre soñé trabajar ahí, porque ese medio se ganó mi respeto durante el unanimismo del gobierno Uribe (aunque ahora sea santista). También estoy ahí porque tengo que trabajar… como cualquier otro ciudadano (Art 25).

La pregunta que se debe hacer es: si dicho medio es un abanderado de la libertad de prensa, que con justa causa denuncia y condena las amenazas de las que son víctimas periodistas, y permite en sus espacios, físicos y digitales, críticas a diferentes posturas políticas en el país, pese a tener como medio sus propias posturas, ¿por qué no habría de tolerar que un ciudadano desconocido, que también es periodista, le haga críticas respetuosas y con argumentos, como se las hace a los demás medios que a su juicio las merecen?

Ahora bien, no creo que hable mal de mí. Al contrario, habla bien de mi ser alguien capaz de expresar su desacuerdo frente al medio en el que trabaja, que al fin y al cabo es una empresa y por tanto el patrón. Pero habla bien porque eso me hace ser consecuente, y habla bien del medio no censurar ni periodística ni laboralmente a una persona con estas características, porque eso haría hipócrita todo su discurso sobre la libertad de prensa.

Entonces le pregunté si estaba de acuerdo con todo lo que se publicaba. “Pero no hago público mi desacuerdo”, respondió. Pienso que está en su derecho, como yo estoy en el mío. Pero le expresé que a mi juicio se autocensuraba, y le dije que la autocensura era más grave –y más eficiente- que la censura, porque el dispositivo de control no era evidente. Era silencioso.

“Si hay algo con lo que no estoy de acuerdo, se lo hago saber a quién compete” añadió. Bueno, pues es exactamente lo mismo que hago yo, le dije. “Qué, ¿subes a donde el editor y le cuentas?” dijo en tono más retador. Pues no, en ocasiones prefiero hablar con el periodista que hizo el cubrimiento. O si no hablo personalmente con él o ella, le comento su artículo ya sea en Facebook, Twitter (a veces me responden, a veces no) o en el espacio que el mismo medio abre a los lectores (ciudadanos) para dejar sus comentarios y opinar; y donde tristemente la mayoría no se caracteriza por su forma respetuosa de expresarse o su buena argumentación.

Y con respecto a “quien compete”… creo que si se publica sobre temas de interés para el país en un gran medio, eso quiere decir que el asunto le compete al país, es decir a todos, aunque tristemente no todos participen.

Todo esto me hace preguntarme cuántos otros colegas periodistas se autocensuran en Colombia no por amenazas de los violentos sino por miedo a represalias laborales que pueda originar el opinar sobre los medios donde trabajan. ¿Tendrá la FLIP, el CPB, la APA y/o la Sociedad Interamericana de Prensa estadísticas o informes al respecto? Lo dudo. En caso de equivocarme, favor haganmelos llegar.

*Periodista y Politólogo
Director de La Tribuna Colombia
Twitter: @SantiagoPeye 

Twitter: @LaTribunaCol

1 comentario:

  1. Una cosa no respondió, y es si usted cree que un periodista que critique su propio medio pone en riesgo su estabilidad laboral. Es posible que no sea su caso, pero en este país es más común de lo que se piensa, por ejemplo cuando el tiempo despidió a Claudia López:

    http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-3666495

    ResponderEliminar