Mientras escribo estas líneas, Colombia tiene puestos sus ojos en el sorteo de grupos del próximo Mundial de Fútbol Brasil 2014. Sin duda un evento importante… y mientras esto sucede, Antonio Navarro se margina de la consulta presidencial de Alianza Verde y anuncia su candidatura al Senado dejándole el camino libre –aparentemente- a Peñalosa.
Esa sola posibilidad de Peñalosa como candidato presidencial es una pésima idea. Él no representa ninguna tercería, ninguna alternativa de nada, además ya ha demostrado su capacidad de traicionar propuestas alternativas. No me extraña que ganara en la encuesta (y hasta en una consulta), puesto que ahí puede opinar (y votar) el que sea, no necesariamente simpatizantes de Alianza Verde.
Es sencillo: si le preguntan a un uribista o a un santista a quién prefiere entre Navarro y Peñalosa, pues obvio van a preferir al ex alcalde de Bogotá. Otra cosa es que en las presidenciales contra Santos y el candidato uribista vayan a votar por él.
Es lo que llamo “el efecto Noemí”. Recordemos que en la consulta del Partido Conservador ella enfrentó a Andrés Felipe Arias (el que realmente era el candidato de Uribe en 2010), y muchos nos volcamos masivamente a las urnas conservadoras para votar por ella sólo con el fin de impedirle a Arias la posibilidad de ser candidato presidencial; pero a la hora de votar en las presidenciales lo hicimos por nuestros verdaderos candidatos dejando a Noemí con una vergonzosa derrota.
No nos llamemos a engaños. La unión entre Verdes y Progresistas fue una mala idea. Y entiendo por qué se hizo: Progresistas intentó buscar el centro para mostrarse como izquierda moderada para diferenciarse de la izquierda dura del Polo. Eso es válido. Pero el Partido Verde no es exactamente centro, porque en realidad no es exactamente nada concreto.
Y no es nada concreto porque tiene dentro de sus filas a personas de excelentes cualidades y buenas ideas como Ángela María Robledo y John Sudarsky, pero también a personas como Peñalosa y Alfonso Prada que están más hacia la derecha que hacia el centro.
Alguien me decía esta semana que lo valioso de Alianza Verde era su apuesta por la diversidad en su interior. Eso suena muy bonito, pero la política es práctica. Y si por ejemplo la izquierda tiene tantas diferencias para unirse siendo izquierda, cómo será tratar de unir a derecha, centro e izquierda en un sólo partido.
Sé que esto que diré va a sonar terrible, pero entre Peñalosa y Santos prefiero votar por Santos. Menos mal existe la alternativa de Clara López, que no me convence, pero al menos el proyecto del Polo, pese a egos y posiciones sectarias que dificultan la unidad de la izquierda, es claro y si sería una verdadera tercería frente al santismo y el uribismo.
Ojalá la política de sus respectivos giros y la consulta de Alianza Verde –sin Navarro- la gane Camilo Romero o cuando menos John Sudarsky. Eso mejoraría el panorama.
Twitter: @SantiagoPeye
Sé que esto que diré va a sonar terrible, pero entre Peñalosa y Santos prefiero votar por Santos. Menos mal existe la alternativa de Clara López, que no me convence, pero al menos el proyecto del Polo, pese a egos y posiciones sectarias que dificultan la unidad de la izquierda, es claro y si sería una verdadera tercería frente al santismo y el uribismo.
Ojalá la política de sus respectivos giros y la consulta de Alianza Verde –sin Navarro- la gane Camilo Romero o cuando menos John Sudarsky. Eso mejoraría el panorama.
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