Por: @ShameelThahir
Este texto más que una respuesta, es un comentario...
La realidad
En la primera semana de abril de 2012, la guerrilla de las FARC-EP cumplió su promesa de liberar a los últimos prisioneros de guerra que tenia en su poder, despues de intentos fallidos de celebrar un acuerdo de intercambio humanitario con el gobierno colombiano durante 14 años, desde el mismo momento de su retención.
En esos 14 años, luego de obligar militarmente al Estado colombiano -en cabeza de Andrés Pastrana- al diálogo, el gobierno nacional en compañía con el de los Estados Unidos, reorganizaron la fuerza pública con el Plan Colombia y evitaron la toma violenta del poder por parte del grupo guerrillero. Este plan se articularía con la Política de la Seguridad Democrática de los ocho años de militarismo y autoritarismo de Álvaro Uribe Vélez, degenerando brutalmente el conflicto social y armado en toro el territorio nacional.
Hoy el gobierno del presidente Juan Manuel Santos reconoce el conflicto armado en el país pero en función de buscar garantias jurídicas para los miembros de la fuerza pública. Nunca se planteó el reconocimiento del conflicto social y armado colombiano para empezar un diálogo que lleve a la paz con justicia social que necesita nuestro país. El gobierno no quiere involucrar a la sociedad colombiana en este proceso político y sólo espera de las FARC-EP, el ELN y lo que queda del EPL que se entreguen sin condiciones.
El gobierno actual reconoce por lo menos entre 3500 a 4000 guerrilleros de estos grupos encarcelados en prisiones de nuestro pais de los cuales muchos solo estan pagando carcel por el delito de rebelión pero, aun asi, el intercambio humanitario estuvo cerrado a cualquier posibilidad. Finalmente las FARC-EP entendio que el gobierno colombiano marco una orientación muy clara desde los tiempos de la concepción del Plan Colombia y, definitivamente, no era posible recuperar a sus prisioneros de guerra intercambiandolos con los prisioneros de guerra del gobierno colombiano, ya que al gobierno colombiano no le interesan los seres humanos que sirven en la fuerza publica, generalmente porque les toca mas no por convicción como los muestran en la propaganda oficialista.
Lo unico que no a cambiado en estos 14 años es la intención de la guerrilla de las FARC-EP de buscarle una salida negociada al conflicto social y armado colombiano.
Conozcamos nuestra historia
La Guerra a Muerte que nuestro Libertador Simón Bolívar implementó durante varios años en función de establecer una diferencia clara entre españoles y americanos, sin que la sangre se volviera una dificultad para la campaña libertadora, juntando así a criollos con el resto de la sociedad oprimida en Nuestra América, y logrando que la pasión por la independencia del continente se convirtiera en el motor de la guerra contra el imperio español, que vio morir a su gente durante varios años por la espada del ejercito libertador que cumplia el decreto; fue una guerra que no debia durar para siempre.
Y Bolívar lo sabía. En el momento en que alcanzó su objetivo político con el decreto de Guerra a Muerte a todos los españoles, buscó el contacto con el general español Pablo Morillo para que finalmente el 26 de noviembre de 1820 firmaran un Tratado de Regularización de la Guerra. Morillo comprendió, luego de tener a su enemigo sentado en la misma mesa, que iba a ser imposible imponerse por la via de las armas al ejército libertador, que estaba decidido a llevar la confrontación hasta las últimas consecuencias. Como Morillo tenia la orden de aplastar a su enemigo por la via militar, hizo lo que un soldado honorable debía hacer y renunció a su puesto regresando a las pocas semanas a su España.
¿Que pasa hoy?
El movimiento político, social y popular colombiano reclama paz con justicia social. El militarismo nos mantiene en un círculo vicioso que sólo beneficia a los poderosos. El gobierno debe abrir espacio a todas las expresiones organizadas de los explotados que se dierón cita en el Encuentro Nacional de Comunidades Campesinas, Indígenas y Afrodescendientes por la Tierra y la Paz de Colombia en Barrancabermeja el año pasado pues según el Mandato por la Tierra y la Paz de Colombia, producto de este encuentro, la llave de la paz no la tiene el gobierno Santos. La llave de la Paz la tiene el pueblo colombiano, y hoy es el momento para reclamar que todas las partes del conflicto armado se sienten a dialogar con el objetivo de encontrar la paz, y el orientador de esta discusión debe ser el pueblo.
*El autor es miembro del Colectivo Antigona, de la Coordinadora Estudiantil de Asuntos Rurales y del Movimiento Político Marcha Patriótica.
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